domingo, 12 de julio de 2009

Leyendas de Vida

LEYENDAS DE VIDA
(The Legend of Bagger Vance, EE.UU., 2000)

Dirigida por: Robert Redford

Escrita por: Jeremy Leven
Protagonizada por: Will Smith (Bagger Vance), Matt Damon (Rannulph Junuh), Charlize Theron (Adele), J. Michael Moncrief (Hardy Graves).
Duración: 120 minutos
Distribuidora: Twentieth Century Fox
Estreno: 26 de abril de 2001

“Dentro de cada uno de nosotros existe nuestro autentico swing”, ¿qué se quiere decir con esto? A modo de explicación, el swing, tanto en baseball como en golf, es el concepto que técnicamente describe la forma en que cada jugador impacta la bola y que indudablemente tiene un sello personal. En conceptos porteños, sería tan comparable a la forma que describiríamos la increíble pegada que posee Maradona en su botín izquierdo.

Runuulph Junuh (Matt Damon), creciente promesa deportiva de Savannah, Georgia, tuvo la suerte de servir a su país en la I Guerra Mundial. Al volver, comprende que ha perdido su alma, sus motivaciones y sus ganas de vivir, es decir, su Swing. Es en este punto cuando entra en escena la misteriosa figura de Bagger Vance, su nuevo caddy.

Es que el swing, no significa solamente tener un sello personal en el modo de practicar un deporte, es mucho más que eso y puede identificarse en cada uno de los actos de la persona, desde levantarse por la mañana a la forma de realizar sus tareas diarias, es una forma de enfrentar la vida. Para poder expresar todo eso convincentemente hace falta experiencia y algo más.

Robert Redford, aparte de ser un prominente promotor de la industria independiente, tiene como norma expresar una intención, dejar una moraleja, comunicar un mensaje que valga la pena. Para realizar esto, y como los años no vienen solos, sabe rodearse de un equipo que esté a la altura de sus pretensiones. Dadas estas características es entendible el finísimo estilo con que encara sus obras y esta no es la excepción.

No solo de efectos especiales vive la industria, pero gracias a Dios, pueden adaptarse para obtener grandiosos recursos visuales que logran ejemplificar de manera acertada la filosofía de que Redford le imprime a su obra; de esta manera, es impecable la manera en que ejemplifica los diferentes estados de los personajes dentro del film, sus evoluciones y deja en claro que sin explosiones ni disparos se pueden ganar premios.

En conclusión, una obra fílmica digna de ver, de donde pueden rescatarse actuaciones modestas – Will Smith en un papel interesante, lejos de todo lo que se le ha visto anteriormente y que de a poco le va consolidando -, pero que hacen juego con la prolija producción que seguro hará deleite de la audiencia.

Sebastián Montagna
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