domingo, 12 de julio de 2009

X2 (X-Men 2)

X2
(X2 – EE.UU. 2003)
Dirigida por: Bryan Singer
Escrita por: Michael Daugherty y Dan Harris
Basado en la historieta gráfica de Stan Lee.
Protagonizada por: Patrick Stewart (Pf. Charles Xavier), Hugh Jackman (Wolverine/Logan), Ian McKellen (Eric Lensherr/Magneto), Hale Berry (Storm), Famke Janssen (Jean Grey), James Mardsen (Scott Summers/Cyclope), Rebecca Romijn-Stamos (Mystique), Brian Cox (Stryker), Alan Cumming (Kurt Wagner/Nightcrawler), Anna Paquin (Rouge), Kelly Hu (Yuriko Oyama/Deathstrike), Shawn Ashmore (Bobby/Iceman), Aaron Stanford (John/Pyro).
Distribuida por: 20th. Century Fox
Duración: 132 minutos
Estreno: 05 de mayo de 2003

Por decantación, una nueva generación de directores se hizo presente en los 90’ fruto de la década anterior. A partir de la creación de los canales musicales, los directores de video clips, se profesionalizaron y de a poco ingresaron en el dificultoso mundo de Hollywood y las superproducciones millonarias, siendo algunos de ellos, los responsables de excelentes productos comerciales y artísticos.


Brian Singer perteneció a este grupo y obtuvo el merito de realizar un arriesgado cross over con X-Men, allá por el 2000. Si bien su carrera como director en “las grandes ligas” había comenzado anteriormente, recordemos Apt Pupil (El Aprendiz), producción en la que también participó Ian McKeller, como el ex criminal de guerra nazi, en X2 manifiesta un estado de madurez, descriptiva y visual, que lo aleja de la promesa y lo asienta como una realidad muy cercana y palpable para los espectadores.


Pero para aquellos pochocleros, donde me incluyo por un momento, que esperaron tres años, la fecha ya no se hace esperar más y finalmente el secreto mutante se develó. Guepardo, Tormenta, Jean, Cíclope, el Profesor Xavier, Pícara y por primera vez Nocturno – nobleza hispana obliga – vuelven al ruedo, con una vibrante secuela que refleja el alma de la precursora, sostiene las esbeltas características visuales, anuncia una fuerte intención de ampliar los elementos relativos a la saga originaria, no escatima en gastos y vuelve a atribuir al producto una idónea entidad propia.

Siendo comprensiblemente sincero, sería una caradures establecer elementos coincidentes o disidentes entre X-Men y X2, por la simple razón de que objetivamente no pueden separarse. Cada una y casi lógicamente en forma reciproca, son causa y efecto de la otra. Si bien cada uno de las dos puede verse y comprenderse por separado – salvando pequeños preconceptos -, podría decirse que son casi como una formulación matemática: partes indivisibles de un mismo entero.


Por tales motivos, mencionar conceptos relacionados a las actuaciones de aquellos que repiten escena, sería redundar en elogios. Simplemente aludir a la memoria y señalar que siguen bajo la misma guía y con la misma suerte de sus interpretaciones anteriores. Si es acertado agradecer a la productora las presencias de Brian Cox (Stryker) y Alan Cumming (Kurt Wagner/Nightcrawler), quienes desempeñan una personificación correctísima. Por otro lado, la ronda de agradecimientos también debe hacerse extensiva, para aquellos que hayan tomado la decisión de dar el protagonismo y madurez al personaje Mystique interpretado por Rebecca Romijn-Stamos, quien esta vez puede demostrar que es bastante más que unas cuantas escamas, mucha pintura azul y un cuerpo escultural.

Desde el plano argumental, se puede observar una constante intención de mantener la atención del espectador, cosa que se logra desde el minuto cero. No logran identificarse altibajos en la cronología narrativa, por el contrario, todo el filme expresa esa tensión necesaria, recurrente en el género y que otros productos no han sabido sostener.

Dentro de los rubros técnicos y que muchas veces hacen que el espectador pueda salir de la sala obnubilado, deben destacarse la calidad en la edición de sonido y efectos sonoros que se presentan un forma superlativa, al igual que la edición propiamente dicha, siendo estos puntos elementos fundamentales en la presentación de este tipo de producciones.

En resumen, para aquellos que disfrutaron la edición original, no cabe duda que la opinión se mantendrá y consecuentemente agregará impotencia a la espera por su tercera parte. Significativamente, para aquellos que no corrieron esa suerte, bueno... creo que ya está todo dicho. Consejo: infaltable pasar por el hall central, adquirir los comestibles de turno y sentarse a disfrutar.

Sebastián Montagna
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